Existen diferentes tipos de cirugía para tratar la artrosis, según la fase en la que se encuentre la enfermedad, o dependiendo de otras características del paciente.
Artroscopia
Es una cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano realiza una pequeña incisión, e inserta un pequeño aparato en la rodilla para ver el cartílago dañado. Después utiliza otros instrumentos para retirar los trozos sueltos de cartílago y hueso, o irrigar y nivelar la articulación. Se puede realizar a cualquier edad, pero siempre que la artrosis no haya producido ya una deformación de los huesos.
Por tanto, es más frecuente que se use en personas jóvenes con lesiones de rodilla, o que están en la fase inicial de la artrosis.
Puede ayudar en el alivio del dolor a algunas personas que padecen síntomas mecánicos como chasquidos, rigidez o bloqueo en la articulación de la rodilla. La artroscopia no detiene la rotura del cartílago, y la artrosis continuará empeorando.
Osteotomía
Esta es una cirugía que realinea los huesos de la pierna. Puede reducir deformidades como piernas arqueadas, donde las rodillas se curvan hacia fuera, o rodillas chocantes, donde una rodilla o ambas se curvan hacia dentro, hacia la otra pierna.
La osteotomía se realiza más frecuentemente en pacientes entre 35 y 50 años, aproximadamente, para aliviar el dolor y la sobrecarga en la rodilla. Al redistribuir la presión sobre la rodilla, puede enlentecer la progresión de la artrosis y posiblemente evite la necesidad de un implante de prótesis.
Ni la artroscopia ni la osteotomía pueden actualmente reemplazar el cartílago dañado. La única cirugía que puede hacerlo es el implante de prótesis de rodilla. Como verá a continuación, este implante puede ser parcial (sólo una parte de la rodilla), total (toda la rodilla), bilateral (en las dos rodillas) o de revisión (cuando una prótesis anterior es sustituida por otra nueva). Su médico le orientará sobre qué tipo de operación será la más apropiada en su caso.
Implante parcial de prótesis de rodilla
Esta cirugía se utiliza en personas cuyo daño se limita claramente a una parte de la rodilla. Con el implante parcial de prótesis, sólo se recupera la superficie de la parte dañada del hueso, en lugar de toda la rodilla. Por tanto, comparada con el implante total, este procedimiento requiere menos tiempo de cirugía y de rehabilitación. No está recomendada en enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide, el lupus, y otras.
Implante total de prótesis de rodilla
Es la cirugía más utilizada en la artrosis de rodilla, y consiste en implantar una prótesis, también llamada “rodilla artificial”. Salvo algunos casos concretos, los médicos suelen prescribirla lo más tarde posible, cuando los demás tratamientos contra la artrosis no han funcionado.
En la operación, el cirujano primero retira el cartílago y las partes del hueso dañadas por la artrosis, y luego realiza el implante de la prótesis. Esta prótesis se compone de unas piezas de metal y plástico que evitarán que los huesos se rocen entre sí.
Los resultados a medio y largo plazo del implante de prótesis de rodilla dependerán principalmente del tipo de técnica utilizada en el implante (ya sea este total o parcial). Normalmente estos resultados son bastante buenos, y a la mayoría de las personas les libera del dolor y reestablece su movilidad normal, ayudándoles a mantener su independencia y llevar una vida activa. Entre 10 y 20 personas de cada 100 declaran que aún después de la operación siguen sintiendo algo de dolor.
La operación normalmente dura entre 2 y 4 horas. Tras unos días de recuperación en el hospital, el paciente vuelve a casa y comienza la rehabilitación.
El tiempo necesario para recuperarse de la operación es diferente para cada persona. La recuperación se produce poco a poco, por etapas. Al tercer mes la mayor parte de la gente es capaz de caminar sin muletas. Sin embargo, son necesarios de 9 a 12 meses antes de que las cicatrices estén completamente curadas. Transcurrido un año o incluso más desde la operación, todavía se seguirá produciendo una mejoría continuada.
Implante bilateral
Las personas con artrosis en las dos rodillas, además de decidir si someterse a la operación y cuándo hacerlo, deben elegir si operarse las dos rodillas en una misma operación, o hacerlo en dos operaciones separadas. La cirugía de ambas rodillas se llama implante bilateral de rodilla.
Algunos médicos y pacientes pueden preferir operarse de una rodilla cada vez, pudiendo utilizar la otra pierna para caminar mientras la primera se recupera. Los beneficios de hacer los dos implantes a la vez es que hay un sólo periodo de hospitalización, de anestesia, y de recuperación, en lugar de tener que pasar dos veces por la misma situación. Pero por otra parte se trata de dos operaciones en una, y la recuperación y la rehabilitación serán más duras porque implican a las dos piernas. Esta operación bilateral no se recomienda a pacientes que tengan problemas de corazón o respiratorios, ni personas mayores de 80 años, porque el riesgo de tromboembolismo pulmonar es mayor.
Revisión del implante de prótesis
La prótesis de rodilla puede no durar toda la vida. En ocasiones es necesario implantar una nueva prótesis al cabo del tiempo.
El material usado en las nuevas prótesis está pensado para que sea más duradero que las antiguas. Algunos estudios muestran que aproximadamente 96 de cada 100 personas que han recibido la prótesis tienen el implante 15 años o más, y 82 de cada 100 llega a tenerlo hasta 23 años o más.
Cuando la rodilla es operada por segunda o tercera vez, los resultados pueden no ser tan buenos como la primera vez. Los resultados de los siguientes implantes dependen de si los tejidos de la rodilla que rodean la prótesis están dañados. Muchas veces existe una pérdida de material del hueso, así como un deterioro en los músculos y ligamentos alrededor de la prótesis, y esto hace más difícil conseguir que el nuevo implante encaje bien.