En este momento estás viendo Artrosis de rodilla
Rodillas normoalineadas (b) y con ejes alterados: genu valgo (a) y genu varo (c).

Artrosis de rodilla

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:articulos
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios
Articulación de la rodilla formada por el fémur (a), tibia (b) y rótula (c), recubiertos por el cartílago articular

La rodilla es la articulación más compleja del cuerpo humano, con 2 compartimentos femorotibiales, interno y externo y un compartimento femoropatelar, formado por la rótula. Para facilitar la biomecánica de la rodilla, el cartílago articular tapiza las superficies articulares, jugando un papel fundamental en el normal funcionamiento de esta articulación de carga (como en la cadera y tobillo, a diferencia del hombro o muñeca, por ejemplo).

La artrosis de rodilla o gonartrosis es un proceso degenerativo del cartílago articular que puede afectar a uno o varios compartimentos de la rodilla. Este desgaste de la articulación puede ser primario (por la edad o alteraciones de los ejes del miembro inferior) o secundario (por fracturas que alteran la anatomía de la rodilla). Lógicamente, el desgaste del cartílago en las personas mayores suele ser bilateral.

Por otra parte, la obesidad es un factor clave en la severidad de la artrosis de rodilla. Diversos estudios han demostrado que las personas obesas están expuestas 8 veces más que las delgadas a desarrollar artrosis en ambas rodillas, por una evidente sobrecarga mecánica del cartílago articular.

Rodillas normoalineadas (b) y con ejes alterados: genu valgo (a) y genu varo (c)

Diagnóstico de artrosis de rodilla

El diagnóstico clínico suele ser sencillo. Estamos ante una rodilla dolorosa, tumefacta por el derrame articular que suele asociar y, en muchas ocasiones, deformada. El dolor se calma con el reposo, aumentando con la bipedestación y la marcha. En ocasiones, el paciente puede referir inestabilidad en la rodilla, en forma de fallos y bloqueos articulares ocasionales, así como rigidez articular con disminución de la movilidad, principalmente la flexión de la rodilla.

El exámen radiológico es fundamental para establecer el diagnóstico. La radiología simple mostrará los signos típicos de la artrosis: estrechamiento del espacio articular, presencia de osteofitos y esclerosis subcondral. No es necesaria la resonancia magnética para el diagnóstico de la artrosis.

Cirugía

Rodilla derecha artrósica con tumefacción y derrame articular

Todas estas terapias están orientadas a mejorar la funcionalidad de la rodilla. Pero en determinados pacientes, estos tratamientos no reducen el dolor ni la disfunción articular, repercutiendo de manera significativa en su calidad de vida. En estos casos, el enfoque quirúrgico es necesario.

Actualmente, existen 3 tipos de cirugías: cirugía artroscópica, osteotomías y cirugía protésica. Las 2 primeras son paliativas, es decir, van a mejorar temporalmente la funcionalidad de la rodilla, mediante la limpieza articular (artroscopia de rodilla) o con la corrección de las desviaciones del miembro inferior (osteotomías). Solo están indicadas en estadíos iniciales de la artrosis de rodilla, contraindicándose su realización en la artrosis de rodilla avanzada.

En estos casos, la prótesis total de rodilla (PTR) juega un papel fundamental. La PTR está formada por implantes metálicos que sustituyen las dos partes de la articulación natural enferma. Consiste en un componente para recubrir la superficie del fémur, otro para la superficie de la tibia y otro para la rótula, con un inserto de polietileno para hacer que las superficies sean más congruentes, permitiendo un movimiento parecido al de una rodilla normal.

Prótesis total de rodilla con sus 3 componentes principales: fémur (a), tibia (b) y polietileno (c).

No es una cirugía definitiva porque con el paso del tiempo y sobre todo en pacientes más jóvenes con gran actividad, con sobrepeso, o con hueso de peor calidad, lo más probable es que deban ser sometidos a una segunda o tercera intervención para cambiar la prótesis por aflojamiento de algún componente. Aún así, el 95 % presentan un buen resultado durante 10 años.

Conclusión

La artrosis de rodilla no es una enfermedad grave ni reduce la supervivencia del paciente, si bien, ocasiona una impotencia funcional manifiesta en el paciente, repercutiendo en algunos casos de manera determinante en sus actividades diarias.

No existe tratamiento capaz de curar la artrosis. Sin embargo, hoy en día se dispone de un amplio arsenal terapéutico para mejorar la situación del paciente. Mediante estas medidas se consigue evitar o disminuir los síntomas de la artrosis de rodilla, retrasando su evolución y, en definitiva, mejorar la calidad de vida del paciente. En las próximas décadas, las nuevas innovaciones tecnológicas, aumentarán la supervivencia de los implantes protésicos, reduciendo el número de cirugías necesarias para mantener un grado óptimo de funcionalidad de la rodilla.

Fuente: https://actitudsaludable.net

Deja una respuesta