Uno de los motivos por el que los deportistas acuden al médico con más frecuencia son las lesiones de rodilla. Este tipo de problemas articulares pueden tener muchísimas causas y determinar su origen lo antes posible es crucial para poder recuperarse con éxito y volver a nuestras actividades habituales.
Con la edad, las articulaciones se desgastan y sufren, debido a la acumulación de tensiones persistentes a lo largo del tiempo o a lesiones producidas a temprana edad. Las lesiones de rodilla son algunas de las que se dan más habitualmente debido a una falta de prevención, y conocer cuáles son las más comunes y por qué se dan nos ayudará a evitarlas. Además también podemos combatir este tipo de dolencias con productos específicos para dolencias osteoarticulares los cuales aportan un complemento alimenticio idóneo.
Las lesiones de rodilla que se producen con más frecuencia
Entre las lesiones de rodilla que solemos sufrir con mayor frecuencia se encuentra el esguince de rodilla: esta lesión consiste en el desgarro o en la distensión de los ligamentos que la sujetan. El esguince de rodilla provoca un ruido seco al producirse la lesión y al padecerlo sentiremos dolor desde el interior de la zona, inflamación y se nos acumulará líquido detrás de la rótula. Al apoyar la pierna, notaremos inestabilidad. El desgarro muscular o la distensión de los tendones es otra de las lesiones más frecuentes en esta articulación; la sensación que produce es muy similar a la del esguince pero suele venir acompañado de moratones.
El menisco es uno de los puntos de la rodilla que más daños suele sufrir: este tipo de lesión es muy habitual en todos los deportes en los que se requiere realizar cambios muy bruscos de velocidad o de movimiento y provoca dolor, inflamación y rigidez en la cara anterior de la rodilla. Por norma general, se produce junto con esguinces de gravedad.
La rótula, el hueso sesamoideo más grande del cuerpo, es donde se producen algunas de las lesiones de rodilla más graves y más delicadas. La dislocación, es decir, cuando la rótula se desplaza a un lado de la rodilla por un impacto o una torcedura, es de las más leves, pero requiere que un médico nos atienda lo antes posible ya que nos impedirá caminar y provoca mucho dolor.
También puede darse el caso de que la rótula se quiebre o se fisure, fracturándose la rodilla. Sentiremos un intenso dolor ante la palpación y no podremos apoyar el pie. Esta fractura suele producir una inflamación importante y necesitaremos acudir a un médico para el diagnóstico, que se realiza mediante un análisis radiológico.
Por último, entre las lesiones de rodilla más típicas existe la condromalacia: se trata del desgaste del cartílago, que se va ablandando, y se produce por debilidad muscular, por sobrecarga o por una lesión. hace que la rótula roce el músculo y provoca mucho dolor, especialmente al realizar movimientos como el de subir escaleras. Para solventar esta lesión puede llegar a ser necesario pasar por el quirófano.